Santa Clara, el cortijo más histórico y relevante de Carmona
Se desconoce el origen del cortijo, que al menos debe remontarse al siglo XIX o quizás antes, siendo el cortijo más antiguo de Carmona.
Santa Clara es sin duda el más complejo y amplio cortijo de Carmona, siendo modelo de una tipología específica, la de la cortijada o cortijo-aldea. Este hecho está muy relacionado con el carácter de gran explotación de Santa Clara, que aunque abarca más de 500 ha, tuvo una superficie aún mayor y llegó a ocupar hasta 200 trabajadores habituales y 500 en plena temporada.
Por estos motivos, el caserío de Santa Clara cuenta con numerosos edificios, algunos considerablemente alejados de su epicentro, de forma que configuran una estructura completamente abierta. Su núcleo principal gira en torno a un patio abierto, centrado por un depósito de agua. Uno de sus flancos es una compleja y cerrada edificación donde se ubican varios graneros y en la que destacan dos torres; una era un secadero de arroz y otra un molino de trigo. Ante este conjunto se dispone otro, igualmente complejo, que consta de varias naves de grandes dimensiones y otras dependencias que configuran un patio cerrado, irregular y de suelo terrizo. En la reja de una puerta de una de estas naves aparece la fecha de 1851.
La Tahona es uno de los elementos más antiguos de la explotación. Se trata de una diáfana y alargada nave rematada por una pequeña torre almenada. Destaca también la Capilla, rematada por una gran espadaña y con viguería de madera.
Otro conjunto arquitectónico importante se encuentra detrás del granero, molino y secadero de arroz, formado por diversas naves destinadas a vivienda de los muchos trabajadores con los que contó la finca. También esta zona está transformada y convertida en un tercer señorío, con un amplio jardín.
A unos 200 m del centro de este núcleo del cortijo se encuentra otra dependencia de relieve: una fábrica de lino, en la actualidad en ruinas. De sus vestigios destacan dos grandes albercas de maceración ante las que se encuentran otros tantos secaderos.